El contexto económico internacional sigue marcado por la persistencia de importantes contrastes entre países. En las economías avanzadas, Estados Unidos se halla inmerso en una fase expansiva, donde destaca la mejora del mercado laboral, del consumo de las familias y de la inversión. La inflación se mantiene en niveles bajos como consecuencia, principalmente, de la evolución de los precios de la energía. Ante esta coyuntura, la Reserva Federal ha mantenido el tipo oficial en el nivel actual (0,25%), adoptando una actitud paciente ante el cambio de tono de la política monetaria, por lo que no se espera una subida de tipos en los próximos meses.
En Japón, la información disponible sigue apuntando a la debilidad de la actividad y al estancamiento de la inflación. Tras la subida del IVA el pasado 1 de abril, el consumo de los hogares y la confianza del consumidor permanecen en niveles bajos. Por otra parte, aunque la depreciación del yen favorece las exportaciones, está afectando negativamente a hogares y empresas al incrementar el precio de los productos importados. La ampliación del programa de expansión monetaria acordada por el Banco de Japón a finales de octubre del pasado año, el aplazamiento de la segunda subida prevista del IVA y el anuncio de un aumento del gasto público destinado a hogares con rentas bajas y a pymes en 2015, deberían reactivar la actividad. La debilidad del yen y la caída del precio del petróleo suponen una ayuda adicional para la economía nipona.
Las economías emergentes, por su parte, han registrado una desaceleración que ha sido más acusada en los países de América Latina y en los del entorno de Rusia, más afectados por las caídas de los precios del petróleo y materias primas. Rusia ha registrado una importante ralentización de su actividad debido al descenso del precio del crudo, las sanciones económicas internacionales y el conflicto con Ucrania. A pesar de la importante depreciación del rublo, el banco central ruso ha bajado el tipo de referencia para evitar el deterioro de la situación económica del país. En las economías de Asia emergente, continúa la lenta desaceleración de la economía china, que el año pasado registró un crecimiento del 7,4%, el más bajo desde 1990. La pérdida de pulso de la inversión en capital fijo y el deterioro de la competitividad exterior derivado de la apreciación del yuan, junto con el ajuste del sector inmobiliario, explican esta evolución. Por otra parte, la tendencia bajista de la inflación favorece la adopción de medidas expansivas, como la reducción del tipo de interés de referencia realizada por el banco central de China a finales del 2014.

ZONA EURO
La actividad de la zona euro interrumpió, en el segundo trimestre del año 2014, la senda de suave recuperación que se venía observando desde mediados de 2013 (figura 1), registrando en los trimestres siguientes crecimientos modestos, inferiores a lo que se esperaba a principios del año. Este debilitamiento de la actividad se produjo en un entorno de moderación de los flujos de comercio mundiales, persistencia de las tensiones geopolíticas, incertidumbre sobre la aplicación del proceso de reformas en algunos países del área y estancamiento de la inversión.
En el último trimestre de 2014, la actividad en la eurozona presentó una ligera recuperación, tal como reflejan algunos indicadores de actividad y confianza, aunque se mantuvo en niveles bajos. Según EUROSTAT, el PIB aumentó un 0,3% en el cuarto trimestre, alcanzando en el conjunto del 2014 un crecimiento del 0,8%. Por su parte, la tasa de inflación permaneció en niveles mínimos, situándose el pasado mes de diciembre en el -0,2%, lejos de la referencia del 2%. El BCE en sus previsiones del mes de diciembre recortó en casi un punto las perspectivas de crecimiento del área en el período 2015-2016. De acuerdo con estas proyecciones, el crecimiento del PIB se situará en un 1% en 2015 y en un 1,5% en 2016. Asimismo, revisó a la baja las perspectivas de inflación, hasta el 0,7% en 2015 y el 1,3% en 2016, aplazando en el tiempo el retorno a tasas compatibles con el objetivo de estabilidad de precios.
Las últimas previsiones realizadas por el Fondo Monetario Internacional, publicadas el pasado mes de enero, también reducen el crecimiento esperado en el área. El crecimiento previsto es del 1,2% en 2014 y del 1,4% en 2015, varias décimas inferior al pronosticado tres meses antes.
ESPAÑA
De acuerdo con la información más reciente publicada por el INE, la economía española registró un crecimiento trimestral del 0,7% en el cuarto trimestre del pasado año, encadenando seis trimestres de crecimiento positivo. Esta trayectoria expansiva ha sido consecuencia de la recuperación de la demanda interna, sobre todo del consumo privado y la inversión en equipo a la que se ha unido en los últimos meses la inversión en construcción. La aportación de la demanda externa ha sido negativa, aunque los datos de los dos últimos trimestres reflejan una evolución más favorable. De esta forma, en el conjunto de 2014, el PIB de la economía española aumentó un 1,4%, una décima más de lo previsto.
Según la EPA en el cuarto trimestre de 2014, la ocupación aumentó por tercer trimestre consecutivo, situándose en 17.569.100. En términos anuales, la ocupación registró un crecimiento del 2,5%, lo que supone la creación de 433.900 empleos en un año.
El avance en la corrección de los desequilibrios internos, la mejora de la confianza, el mejor comportamiento del mercado laboral, el tono menos contractivo de la política fiscal, y la mejora de las condiciones financieras, ligada a la política monetaria expansiva del BCE, están favoreciendo la recuperación de la actividad.
Entre los sectores tradicionales del tejido industrial valenciano se encuentran nuevas ramas productivas con un componente tecnológico más elevado, que dotan de mayor heterogeneidad y competitividad a la industria regional. Entre estos sectores destaca el de la industria química, maquinaria eléctrica y material de transporte.

ECONOMÍA DE LA PROVINCIA ALICANTE
En 2014 la economía alicantina [1] ha ido consolidando su recuperación. La mejora de las condiciones financieras propiciada por la política expansiva del BCE y el mejor comportamiento del mercado laboral están jugando un papel determinante en la reactivación de la demanda interna al contribuir a la mejora de la confianza en las perspectivas de crecimiento. Por otra parte, la pérdida de dinamismo de nuestros mercados de exportación, principalmente en las economías de la zona del euro, no se ha notado con especial intensidad en nuestras exportaciones de mercancías, que han seguido creciendo a un fuerte ritmo, impulsadas por una mayor diversificación geográfica y por las ganancias de competitividad acumuladas. Pese al avance de las exportaciones, el año 2014 se ha saldado con un ligero descenso del superávit comercial que cabe atribuir a la fortaleza de las importaciones, que han crecido a un ritmo mayor, apoyadas en la recuperación del consumo y la inversión. La mejora de la actividad se ha visto apoyada un año más por la exportación de servicios turísticos. Durante el pasado año la provincia de Alicante recibió 4,5 millones de turistas extranjeros, que realizaron un gasto total cercano a los 3,9 millones de euros.
La producción industrial de bienes de consumo en la Comunidad Valenciana muestra asimismo una pauta de recuperación, así como la importación de este tipo de bienes, tanto de carácter duradero como no duradero, que está creciendo a tasas de dos dígitos desde el primer trimestre del pasado año. Asimismo, las matriculaciones de vehículos han ganado fuerza en el transcurso del año impulsadas en gran medida por el Plan PIVE, alcanzando en 2014, el nivel más alto desde 2009, aunque lejos todavía del promedio de la pasada década.
La inversión en maquinaria y bienes de equipo avanza a buen ritmo, aunque algo más moderado, tras un período de crecimiento que se inició en el primer trimestre de 2013. Así lo pone de manifiesto el índice de producción industrial de bienes de equipo en la Comunidad Valenciana, que ha cerrado el año con un crecimiento interanual cercano al 5% (frente a un 15,4% en 2013), y la importación de maquinaria y equipo, que ha retrocedido ligeramente. La matriculación de vehículos industriales ha registrado un crecimiento interanual del 17%, como consecuencia de los distintos planes de impulso, como el PIMA Aire 3, aunque el número de vehículos matriculados continúa en niveles bajos.
En cuanto a la inversión en construcción, la información disponible apunta hacia una continuación de la trayectoria de recuperación, compartida tanto por el segmento residencial como el no residencial. Los visados de obra nueva residencial se han incrementado por segundo año consecutivo, tras registrar una intensa caída desde 2008, lo que podría ser un indicio de un cambio de tendencia. La brecha entre las viviendas iniciadas (medida por los visados de obra nueva) y las viviendas terminadas, según los certificados de final de obra, que se había ido ampliando a favor de estas últimas durante los años de la recesión se ha ido cerrando paulatinamente, de forma que ambas variables han alcanzado en 2014 niveles similares, lo que sugiere que la fase de ajuste en el sector residencial podría estar tocando a su fin.
CONCLUSIONES
La provincia de Alicante (España) cuenta con un abundante, rico y variado patrimonio industrial, en el que destacan unos sectores productivos industriales organizados geográficamente y cuya evolución económica es creciente, tras la crisis industrial, con un reparto donde predomina el calzado y el textil, permaneciendo en el tiempo.